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  • Área de Psicología

La importancia de la concentración en el deporte

La concentración es la capacidad de mantener la atención en algo específico y es una de las habilidades fundamentales para el aprendizaje. Además, está estrechamente relacionada con la atención, que selecciona lo que se considera más importante, mientras que la concentración es la focalización de la atención en un objetivo determinado.

Este proceso de atención es una de las variables psicológicas más importantes en el ámbito deportivo, pues influye de manera significativa en el rendimiento deportivo. Además, estamos de enhorabuena, ya que actualmente sabemos que la concentración es una habilidad que puede ser aprendida, por lo que tanto deportistas profesionales como aquellos en proceso de formación pueden entrenarla para conseguir un mejor rendimiento en su disciplina.


Para comprender la importancia de la concentración, es importante tener en cuenta dos de sus características fundamentales: la amplitud y la dirección. La amplitud es la cantidad de información procesada al mismo tiempo, que puede ser amplia o reducida; en una amplitud amplia el deportista debe atender numerosos estímulos en un mismo instante, mientras que, en una amplitud reducida, el deportista atiende a estímulos limitados. Aunque puedan parecer lo contrario, ambos tipos de amplitud son complementarias y el empleo de una u otra depende de las exigencias de la situación.


Por otro lado, la dirección es el lugar hacia donde se dirige la atención, que puede ser de orden externo (donde el foco atencional estaría centrado en estímulos externos al deportista, por ejemplo, en la grada o en los movimientos del equipo rival) o interno (donde el foco atencional se centra en el deportista mismo, por ejemplo, molestias musculares o sensaciones experimentadas).


Ahora que ya hemos delimitado el concepto de atención, veámos la importancia que tiene a nivel deportivo. Para ello me gustaría comentar el caso de Juan Martín del Potro y de Simone Biles. Corría el año 2016, en los JJOO de Río, donde Simone Biles estaba en medio de un ejercicio. La gimnasta es capaz de encadenar movimientos y piruetas aceptando la existencia de gritos y ánimos constantes del público; no deja de atender a lo realmente relevante de su ejercicio, contempla el ruido y los vitoreos constantes, los normaliza y eso le permite atender exclusivamente a su actuación y a lo relevante para su correcta ejecución. El segundo caso, es el de Del Potro, durante un partido del US OPEN; el tenista confunde el grito del aficionado con el del árbitro, no es capaz de pasar página y acaba arrastrándolo a lo largo del encuentro. Esto le impide desplegar su juego de manera fluida.


Ambos casos reflejan la importancia de saber focalizar la atención en lo importante para obtener un mayor rendimiento; mientras que Simone fue capaz de dejar de lado aquello que la desconcentraba, Del Potro reconoció la importancia de trabajar en el entrenamiento de la atención, para que en el futuro no le volviese a ocurrir lo mismo y pudiese seguir compitiendo a pesar de las distracciones.


¿Cómo podemos entrenar la concentración?


La investigación ha demostrado que hay una serie de técnicas que contribuyen a la mejora de la atención:


  • Simulaciones en la práctica: permiten que al deportista controlar aquellas variables que pueden tener un efecto negativo sobre su rendimiento, como las condiciones del terreno de juego, ruido, etc., con la idea de que sean factores similares a la competencia y se ensayen o simulen previamente a la competición.

  • Empleo de palabras clave: es una forma de autodiálogo, donde el deportista puede hablarse a sí mismo con un diálogo motivador que aumente su autoconfianza, donde se pueden emplear incluso instrucciones dadas por el entrenador.

  • Establecimiento de rutinas: la ejecución de rutinas previas a la competencia ayuda a los deportistas a focalizar su atención en los estímulos relevantes para su objetivo (por ejemplo, se pueden aplicar en los descansos de los partidos).

  • Control visual: el deportista puede concentrarse en elementos como un punto fijo o el suelo, para evitar que estímulos irrelevantes interfieran negativamente en su rendimiento.

  • Dominio de la técnica: cuanto más se practique y se domine la técnica, más automatizada estará, por lo que los procesos atencionales se podrán centrar en otras instrucciones, objetivos o metas.


Ahora que ya conocemos la importancia de la atención en el deporte, ¡ya no tenemos excusa para no poner todos nuestros esfuerzos en entrenarla!

Por Noelia Bermúdez Luis


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