Todos hemos sentido alguna vez la tranquilidad de sumergirnos en el mar o en la piscina. Quedarnos unos segundos debajo del agua fría y dejar la mente en blanco. ¿Suena bien, verdad? Aunque los humanos no somos animales marinos, también sentimos esta tranquilidad debido a razones evolutivas. Este fenómeno del que hablamos, se denomina “reflejo de inmersión de los mamíferos” y es clave para los animales marinos, en especial, para su supervivencia.
Pero entonces… ¿de qué se trata esto del reflejo de inmersión?
Este reflejo, se da principalmente y de una forma muy potente en mamíferos acuáticos como nutrias, delfines o ballenas, para los que es un reflejo vital, ya que les ayuda a sobrevivir por largos periodos de tiempo bajo el agua, sin que la presión excesiva del agua les afecte. En los humanos, aparece de una forma mucho más débil, pero lo suficiente como para provocar cambios a nivel orgánico que optimizan la respiración y ayudan a mantenernos más tiempo sumergidos debajo del agua. También ocurre en animales marinos como los pingüinos, lo que permite suponer que el origen de este reflejo sería de algún ancestro común entre aves y mamíferos.
Para que el reflejo de inmersión ocurra son necesarias dos cosas..
Este reflejo, aparece cuando se sumerge la cara y el agua está fría, en concreto, menos de 21 grados. Cuanto más baja sea la temperatura del agua, mayor será el efecto. Para la activación de este reflejo, el agua debe incidir en la cara, ya que es ahí donde se encuentra el nervio trigémino. Este nervio, se compone de las ramas nerviosas maxilares, mandibulares y oftálmicas.
¿Cuáles son los procesos de este reflejo?
Este reflejo implica los siguientes procesos:
La bradicardia es la disminución de la frecuencia cardíaca. Esta frecuencia será menor, cuanto más fría se encuentre el agua. Es muy adaptativo ya que, cuando buceamos, necesitamos consumir menos oxígeno y para ello, el corazón comienza a disminuir los latidos entre un 10-25%.
Para evitar que los órganos que se encuentran en la caja torácica queden aplastados debido a las altas presiones del agua, se introduce plasma sanguíneo en los pulmones y en otros lugares de la caja torácica. Esto ayuda a que los alvéolos se llenen de este plasma, que será reabsorbido cuando salga a un ambiente presurizado.
La vasoconstricción periférica lleva la sangre a los órganos más importantes, entre otros, el cerebro y el corazón. Para ello, se cierran los capilares sanguíneos de zonas selectivas, comenzando por los dedos de los pies y de las manos. Esta contracción sigue hacia los brazos y las piernas, permitiendo cortar la circulación sanguínea en estas zonas y aumentándola en el encéfalo y el corazón. Así se disminuye el daño que podría causar la frialdad del agua y la falta de oxígeno durante un tiempo prolongado.
Por último, la función del bazo es ser la reserva de glóbulos blancos y glóbulos rojos. Cuando ocurre el reflejo de inmersión, este se contrae y expulsa los glóbulos al torrente sanguíneo, lo que aumenta la capacidad para transportar oxígeno. Aumenta durante un periodo de tiempo, el hematocrito un 6% y la hemoglobina un 3%.
Conclusiones
Los seres humanos, podemos entrenar esta capacidad de inmersión. De hecho, hay personas que han conseguido estar sumergidas durante 24 minutos o incluso más, además de conseguir sumergirse en profundidades de casi 300 metros. Puede ser beneficioso para las personas, por ejemplo, para calmar la ansiedad de una forma rápida, ya que ayuda a bajar la frecuencia cardíaca. Además, es muy beneficioso para personas que desarrollan su trabajo en el agua, como la pesca submarina, entre otros.
Por Lucía López
Referencias bibliográficas
Mitjana, L. R. (2020). Psicología y mente . Obtenido de Psicología y mente : https://psicologiaymente.com/neurociencias/cambios-en-cerebro-maternidad
Rubio, N. M. (2020). Psicología y Mente. Obtenido de Psicología y Mente: https://psicologiaymente.com/neurociencias/reflejo-inmersion-mamiferos
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