Nos enfrentamos a un equipo del cual no teníamos ninguna información, ya que descansó en la jornada anterior.
El partido se disputó un domingo a las 15.45, un horario muy poco habitual para nuestros encuentros. Al poco de empezar, Ángel abrió el marcador y en el segundo minuto de juego fue Eduardo quien ya dejó prácticamente sentenciado el encuentro. Ese comienzo tan trepidante sorprendió a nuestros chicos, que esperaban un equipo más duro de batir, y, nada más lejos de la realidad: fue un monólogo azulón.
El rival tan solo creó una única acción de peligro y fue en un error de despeje de nuestro central que acabó en córner. Al final, los chicos volvieron a demostrar su músculo goleador logrando marcar la friolera de dieciséis goles, que sumados a los doce de la semana pasada suman veintiocho en dos partidos. Y sin encajar ningún tanto.
“En estos partidos pocas cosas podemos sacar en claro, aparte de haber mantenido la portería a cero y que los chicos cojan confianza de cara al siguiente partido frente al Juventud Sanse D”, comentó Patricia Mascaró.