El equipo juvenil sumó su primer punto en casa, aunque finalmente supo a poco a tenor del juego mostrado y de las ocasiones de las que disfrutó.
El caso de nuestro juvenil es digno de estudio. Mientras que a domicilio se muestra invicto e intratable con tres victorias y un empate en su haber, en casa no había logrado puntuar, es decir, había caído derrotado todos los partidos.
Este sábado nos visitaba el Parque Sureste, equipo de la zona baja de la clasificación. Los nuestros salieron conveniente motivados y trabajaron mucho, aunque, en el primer tiempo, quizá faltó algo más de garra y de pundonor en la pugna por hacerse con el centro del campo.
Tuvimos varias ocasiones claras para adelantarnos en el marcados, las cuales, sin embargo, no acabamos de finalizar entre los tres palos, escapándose todas por muy, muy poco. Sin embargo, en el minuto 63, un mal despeje de nuestra defensa cae en los pies de un rival, quién, tras un rechace del portero, acaba introduciendo el balón en nuestra portería.
Acto seguido, el rival comenzó a perder tiempo en varias acciones y por ello el árbitro fue amonestando a los jugadores del Parque Sureste. En una buena acción de Marcos por la banda, regatea al número 15 y éste le derriba de forma un tanto aparatosa. El árbitro le enseñó a ese jugador la segunda amarilla y, por tanto, quedó expulsado en el minuto 73. Y aquí vino nuestro gol. Buen centro desde el lateral y gran remate de Álcazar en el segundo palo.
Los nuestros se animaron, la grada acompañó y el segundo gol parecía cada vez más cerca. El equipo, con más corazón que practicidad trató por todos los medios de superar a los rivales en el marcador gracias a un gol salvador. Un gol que finalmente no llegó. ¡Esperemos tener más suerte en diciembre!