El equipo se fue sin premio pese a dominar el encuentro por completo.
Llegaba La Meca a esta jornada después de haber cosechado una derrota contra un equipo de la zona alta de la tabla. El equipo desarrolló un gran juego a pesar del resultado adverso y, por ello, los chicos tenían ganas de agradar a la hinchada y poder ofrecer una alegría al respetable.
Comenzó el partido en el Cerro del Telégrafo con el equipo bien plantado en el campo, pero un poco dormido, lo que, unido al empuje inicial del equipo rival, provocó que el equipo tuviera que retrasar sus líneas y defender varios saques de esquina seguidos. A partir de aquí, La Meca fue creciendo en el campo, demostrando un dominio absoluto de la posesión de balón, aunque el gol no llegaba.
Se reanudó el partido tras el descanso, aunque los visitantes se adelantaron en una jugada aislada por la izquierda plagada de errores defensivos ripenses. Tras este varapalo, el equipo pasó un pequeño bache anímico, que no duró mucho, lo que hizo que el equipo se recuperase rápidamente: Mateo Calero recuperó un balón rechazado por el portero quedando solo delante de la portería para remachar el balón a placer al fondo de las mallas. A partir de aquí, se acrecentó el dominio del equipo local, pero no pudo imponerse en el marcador.
“El equipo saltó al campo con la idea clara de lo que tenía que hacer, lo que hizo que los espectadores disfrutarán de un partido muy entretenido y trepidante”, analizó Sergio Santander. “En lo personal, sigo muy satisfecho con la evolución del equipo, los jugadores están ganando conocimientos técnicos y tácticos que los lleva a entender los partidos de manera más eficiente y esto se transforma en un juego más combinativo y vistoso, así que estoy convencido que en esta senda las victorias no se harán esperar demasiado”, añadió.