La Meca encaraba la tercera jornada de liga con ganas de resarcirse ante el resultado y la imagen mostrada, sobre todo, en la primera parte de la jornada anterior.
Los rivales, en esta ocasión, la AD Arganda, un equipo de segundo año que salió con un sistema 1-3-5-2, un sistema que nos creó una serie de indecisiones a la hora de defender por el simple hecho de la altura de sus carrileros. Si ocupaban y recibían en esa zona intermedia entre nuestro lateral y extremo, el salto a presionar del lateral local permitiría mucho espacio a su espalda que podría ser aprovechado por cualquiera de los dos delanteros visitantes, poniendo en serios problemas a los centrales ante ese duelo.
Por ese motivo tuvieron que participar mucho más en labores defensivas los extremos locales, además de colaborar en ataque como de costumbre. Y fue por esa banda izquierda, donde Morales envió un pase hacia el desmarque de ruptura de Costa que, tras un regate, se interna en el área y combina con Román, quién, con su pierna izquierda y atacando el primer palo ante la oposición del defensa y portero, marcaba el primer gol del partido en el minuto 16. Cuatro minutos después sería Costa el que marcara el 2-0 tras una jugada muy similar con otro desmarque de ruptura pero más centrado, superando al portero en su salida. El 3-0 llegaría nueve minutos antes del descanso tras un centro, otra vez desde el perfil izquierdo, que supera a todos los rivales en el área y Julio solo tiene que empujar a la red en el segundo palo.
Tras el descanso y en los primeros ochos minutos, una segunda tanda de cambios hace que la Meca cambie el sistema para mejorar la presión cerca del área rival y evitar que sus centrales golpearan en largo al espacio tan cómodos. Así, el equipo evitaría tener que replegar hacia atrás y emparejar a los carrileros con los propios para no dejarles espacio y tiempo suficiente de trenzar la jugada cuando recibían.
Los visitantes ya salían poco de su propio campo y La Meca jugaba cómodamente en campo rival, creando ocasiones pero que no se materializaron hasta que en el minuto 61, tras un contraataque y gracias a la velocidad de Orea, que con un autopase dejó atrás a sus rivales por el perfil izquierdo, y puso un balón al punto de penalti para que Simón, que acompañaba la jugada, de primeras, rematara arriba y fuerte al portero que nada pudo hacer. Más tarde y para finalizar el partido, sería el mismo Orea el que transformaba una falta a unos 30 metros de distancia con tal potencia que se colaba por el palo más alejado para cerrar el resultado.
“Me encanta ver que los chicos tienen asumido que si no se encaja gol, estaremos más cerca de ganar”, explicó Héctor Benito al final del partido. “El equipo tiene una capacidad increíble de reponerse ante las adversidades, puesto que el lunes ya estaban deseando entrenar para ganar el siguiente partido, totalmente enfocados”, añadió.