El Infantil Masculino B cosechó un empate frente al tercer clasificado tras encajar un gol cuando el partido agonizaba.
El CD San Fernando salió totalmente motivado aun después del varapalo de la semana anterior. En su casa, con su césped y con la idea clara que llevan trabajando durante toda la temporada y que le permite seguir luchando por el ascenso. Gran acumulación de jugadores en torno al balón, recuperación y pase de seguridad al lado débil para, a partir de ahí, jugar con un cambio de orientación en diagonal al espacio para la carrera de sus extremos, algo que, en ese campo, se hace muy difícil de combatir. También, para las salidas por el centro, con su delantero (con una gran capacidad de protección de balón) perdiendo mucha altura para conseguir recibir sólo como hombre libre y tener el espacio y tiempo suficiente para conducir, atacar a la línea defensiva y/o enviar en largo a esos extremos buscando la amplitud.
La Meca de Rivas entrenó durante la semana cómo contrarrestar esos aspectos. Un central siempre saltaría a ese delantero para anticipar o evitar que girase y los laterales siempre estarían bien perfilados por dentro para correr ante esos posibles envíos en largo. El plan a nivel defensivo se cumplió con creces, porque el San Fernando apenas creó peligro en la primera parte, pero el equipo no supo aprovechar las internadas, sobre todo, por la banda derecha y al descanso se llegó con un empate a cero.
En la segunda parte, el equipo salió con la misma tónica y creó alguna ocasión pero, sobre todo, una constante sensación de peligro en el área rival. Sin embargo, pero en un contraataque, La Meca concedió una falta lateral que, ejecutada con un buen centro rival y tras un barullo en el área, permitió al equipo local adelantarse en el marcador. Era el minuto 38 y quedaba mucho partido por delante, pero se vio al equipo un poco tocado por encajar ese gol y las prisas florecieron hasta que dos minutos después, tras otra falta frontal, esta vez a favor, Diego consigue hacer el empate tras una ejecución muy inteligente por su parte.
Ese gol provocó lo mismo que había sufrido La Meca minutos antes, pero ahora en las carnes del equipo local, haciendo que justo otros dos minutos después los ripenses consiguieron darle la vuelta al marcador con un gol tras un centro lateral, un mal despeje en el área y un remate de primeras.
Parecía que se iba a tranquilizar un poco ese caos en tan poco tiempo, pero trece minutos después y ante otro detalle en el área visitante, el equipo local vuelve a empatar el partido. La Meca quería ganar el partido, algo que pareció una realidad tras una internada por banda derecha hasta línea de fondo y un pase atrás, de forma que La Meca volvía a conseguir ponerse por delante del marcador a falta de 8 minutos para el final. Pero, cuatro minutos después se dispuso de la ocasión más clara de gol para poner tierra de por medio y cerrar el partido, pero no se materializó. Eso le dio vida al San Fernando, que asedió el área visitante en los últimos minutos del encuentro, consiguiendo su premio a falta de minuto y medio del descuento tras un mal despeje en otro detalle en el área.
“Los futbolistas siempre están preparados para cuando las cosas van bien, pero hay que estar mejor preparados para cuando las cosas van mal, puesto que es ahí donde tiene que aparecer un plus del futbolista que ya no tiene que ver con herramientas, mecanismos y sistemas”, explicó Héctor Benito. “Estoy seguro que de esto los chicos aprenderán de ello porque cumplen con todo lo que les exijo diariamente, valores como compromiso, lealtad, pasión, trabajo, esfuerzo e intentar plasmar en los partidos lo que entrenamos, ya que el resultado no se lo puedo exigir a nadie porque depende de muchos factores que, por mucho que se quiera, no se dominan”, añadió el entrenador.