Los chicos pelearon lo indecible, llegaron incluso a estar por delante en el marcador, pero el poderío físico del rival se acabó imponiendo.
El equipo sabía ya antes de empezar que el partido iba a ser muy exigente y de una dificultad considerable porque el rival era de segundo año y sus jugadores más altos y fuertes que los nuestros. Sin embargo, lejos de amilanarse, los nuestros salieron con el cuchillo entre los dientes y crearon muchas ocasiones de peligro, aunque, desgraciadamente, los de Coslada fueron los primeros en adelantarse en la primera ocasión de la que dispusieron. Así se llegó al descanso.
En el segundo tiempo, sería Eduardo quien de un gran lanzamiento de falta lograría empatar el encuentro. Poco después, Nízar robó un balón a uno de sus centrales y adelantó al Cadete en el mercador. Pese al esfuerzo, al final la suerte fue esquiva para nuestros chicos, puesto que nos marcamos un gol en propia a puerta y el Valleaguado logró marcar el tres a dos definitivo tras un rechace en el área.
“Los chicos lo han dado todo, ambos equipos se han empleado al máximo, aunque creo que el resultado no se ajusta a lo vivido en el terreno de juego”, comentó Enrique Bartolomé al final del partido.