Victoria por la mínima y tres puntos valiosísimos puesto que todos los perseguidores del Aficionado han “pinchado”.
Fue un partido poco vistoso y falto de oportunidades. No había un dominador claro del encuentro y la batalla se disputaba en el centro del campo, donde ni un equipo ni el otro lograban hacerse con la posesión. Mediada la primera parte, una buena jugada de Mario Ayuso por banda, en la que dribló contrarios con mucha elegancia, no acabó en gol cuando a nuestro menudo extremo solo le quedaba al portero por batir.
Sin embargo, todo cambió en el minuto ochenta del encuentro, cuando, tras varios minutos sin ocasiones, Carpin cometió penalti. Las caras en el banquillo de La Meca eran un poema y los jugadores maldecían su suerte. Pero uno no. Nacho, nuestro portero, comenzó su ritual de concentración para tratar de detener lo inevitable. Poco a poco, el delantero rival se acercó al punto de penalti y, entonces, disparó con fuerza. Pero ahí estaba Nacho, que con unos reflejos felinos desvió el balón al larguero para posteriormente despejar de puños el rechace. La Meca respiraba.
Y, con el equipo espoleado por tamaña hazaña, los chicos se volcaron al ataque con más ímpetu y ganas que cabeza. Cuando a punto estuvo de cumplirse el tiempo reglamentario, el colegiado señaló falta al borde del área. El lanzador, Javichu. Los nervios eran para otros, él tenía claro lo que tenía que hacer, con lo que colocó el balón, con mimo y precisión, en la escuadra de la portería local. La euforia se desató en el campo. Ese gol y la parada de Nacho hacen que la distancia de los perseguidores aumente un poco más. ¡Y todo en los últimos diez minutos!
“Es cierto que el partido no ha sido muy bueno, pero me gustaría destacar a Nacho por su parada y a Javichu por su temple en el lanzamiento de una falta directa en el último minuto que sirvió para llevarnos los 3 puntos de un campo difícil”, comentó Fernando Montes al final del encuentro.