En muchas ocasiones, un error al inicio de un partido o el simple hecho de encajar goles en contra en los primeros minutos del encuentro pueden generar pensamientos negativos sobre el resto del partido como: “ya no se puede hacer nada”, “siempre me pasa lo mismo”, “esto está perdido”…
Cuando se cometen errores, las posibilidades reales de recuperarse dependen de muchos factores que van cambiando a lo largo del partido como, por ejemplo, el tiempo restante, lo que hagan el resto de compañeros, cambios en la estrategia, lo que hagan los rivales o las decisiones arbitrales. La mayoría de ellos son ajenos a nosotros mismos, pero eso no significa que no podamos intervenir con lo que sí depende de cada uno: la actitud y el rendimiento individual.
La actitud ante el error determinará de qué forma vamos a afrontarlo, si lo vamos a hacer con resignación (“ya no se puede hacer nada”) o con optimismo (“el partido no ha acabado, todavía se puede hacer algo”). Si se afronta el error con resignación es probable que no se vuelva a intentar o que se invierta poco esfuerzo en ello. Sin embargo, si se afronta con optimismo, es más probable que se invierta atención y esfuerzo en ello y, por tanto, será más probable que nos recuperemos del error.
Todas las personas cometen errores a menudo y esto es algo normal, por ello es necesario aceptar el error cuando ocurre y no juzgarnos, ni juzgar a los demás duramente por un error que cualquiera podría cometer. Normalmente pensamos que el error es un fracaso y, si estos ocurren de forma continua, se puede llegar a pensar que algo se nos da mal y que no estamos mejorando, cuando la realidad es que los errores son grandes oportunidades para aprender, ya que sin ellos no habría progresos.
No hay un solo deportista que no haya fallado en algún momento de su carrera deportiva y no por ello han sido peores deportistas o han dejado de entrenar para llegar a su máximo nivel. Los errores nos dan la oportunidad de hacer las cosas de forma diferente y pueden ser la señal que necesitamos para concentrarnos y reconducir la atención y esfuerzo en lo que estamos haciendo, ya sea un entrenamiento o un partido.
“No he fracasado, he encontrado 999 formas de no hacer una bombilla”
Thomas A. Edison
Por ello, si se tienen varios errores de forma continuada en un partido o entrenamiento, es posible salir de ese error, sin dejarse llevar por la frustración:
Aceptar que se ha cometido un error y evitar juzgarse a uno mismo
Centrarse en el último error que se ha cometido y afrontarlo con una actitud positiva y orientada a la acción
Analizar por qué ha ocurrido y qué se podía haber hecho diferente
Pensar qué se puede hacer para no volver a cometer el mismo error o uno parecido
Pensar cómo se quiere sentir uno al finalizar el partido/entrenamiento, ¿frustrado por el error o satisfecho por continuar y recuperarse del error?
Por Dessyree González Barrio
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