Las juveniles de La Meca de Rivas pierden en un partido muy condicionado por el tamaño del campo y un tiempo lluvioso y de viento.
Tras visualizar el tamaño del campo del CD Masriver, el cuerpo técnico en torno a Sergio Román tomó la decisión de adaptar todas las tareas de la semana a un tamaño más reducido y plantear un fútbol algo más directo. Algo que al principio costó, pero que fue mejorando según avanzaba la semana. "Éramos conscientes de que con un campo así nos íbamos a encontrar a un equipo con ataque directo en salida de balón y sabíamos que las jugadoras de banda del rival eran veloces y muy buenas técnicamente, por lo que iba a ser un partido de contraataques continuos“, afirmaba Sergio, entrenador ripense, antes del partido.
Los primeros minutos de la primera parte fueron competidos. Por desgracia, el primer gol caería tras un saque de banda, y un disparo desde la frontal que Cata llegó a tocar, pero no paró. El segundo gol nació tras una pérdida de balón y una transición efectiva del rival. En términos generales, a las juveniles de La Meca les costó entrar al partido. A parte de que el campo fuera pequeño, el tiempo cambió y un viento fuerte que cambiaba la dirección del balón y una lluvia dificultaron el transcurso habitual del juego.
La segunda parte empezó directamente con un gol del rival, algo que desanimó por unos minutos a La Meca. Tras agitar el banquillo, el partido cambió y La Meca empezó a tener más presencia y ocasiones, de las cuales se materializó solamente una: un robo y una transición rápida con un pase al hueco de Nata supondría el inicio del gol de Morán. Sin embargo, las rivales metieron varios goles más y ganaron merecidamente.
"Lo que esta liga muestra una y otra vez a este equipo es que cualquier error o desajuste se paga, y con creces, pero lo bueno es que esto es válido para ambos equipos, por lo que trabajaremos en perfeccionar las finalizaciones“, concluyó Román.