El mundo ha frenado, la vida en sociedad cambiado y nuestra actividad física bajado. Esto son tres realidades resultantes de la expansión del COVID-19.

Con el estado de alarma decretado, nuestra libertad de movimiento se ha visto afectada, estamos obligados a pasar el máximo tiempo posible en casa, pero ¿Qué pasa con los entrenamientos de los deportistas?
El confinamiento y, por tanto, la reducción del ritmo de los entrenamientos, ocasionan en numerosos deportistas una pérdida de masa muscular, fuerza, potencia, equilibrio e incluso una disminución de la capacidad de resistencia tanto aeróbica como anaeróbica. Así mismo, la baja exposición a la luz solar conlleva una disminución de la densidad ósea.
Por otro lado, esta nueva situación también acarrea problemas de carácter psicológico ligados directamente al rendimiento del deportista. Podemos sentirnos con rabia, irritados, la frustración por no poder entrenar empieza a surgir y con ella, la desesperación. Perdemos cierta parte de ilusión respecto a nuestro mayor hobby, incluso quizá vemos como entramos en un estado de “amotivación”, esto es, no tenemos ningún impulso ni intención de realizar actividad alguna.
Llegados a este punto, te pregunto ¿Por qué juegas al fútbol? ¿Practicar este deporte te produce placer? ¿Tienes sentimientos de autorrealización al practicarlo? ¿Sientes interés por este deporte? ¿Te planteas el fútbol como un reto en el que seguir progresando?
Si las respuestas son afirmativas, permíteme decirte que bajo ese posible estado de amotivación actual se esconden numerosos tipos de motivación, desde la intrínseca hasta la básica, pasando por la positiva y la centrada en la tarea, ahora, tan solo, hay que reconducir ese impulso que nos lleva a practicar este maravilloso deporte a la situación que estamos viviendo hoy en día.
Durante estos días de cuarentena, es vital que sigas ejercitándote tanto para seguir manteniendo un estado físico y psicológico adecuado como para disminuir el riesgo de lesión una vez que te incorpores a la rutina. Es cierto que en casa no dispones de los mismos recursos materiales que en el campo de entrenamiento, pero ¿Es esta tu excusa perfecta para no entrenar?
Establece y planifica nuevos objetivos para los entrenamientos, adáptalos a los recursos con los que cuentes en casa, márcate objetivos específicos bien sean a nivel técnico, táctico, dirigidos al mantenimiento de la condición física o de la psicológica. Objetivos que sean medibles, realistas y alcanzables que no sean excesivamente fáciles, dado que esto no nos ayuda a progresar, delimítate metas a corto y medio plazo, y así, serás tú quien observe los resultados.
Los cambios no se producen de forma espontánea, los cambios se trabajan y ante la situación actual, es necesario que trabajemos para la consecución de esa adaptación a los nuevos hábitos. Fíjate una rutina de entrenamiento, con horarios concretos, incluso intenta entrenar en grupo, dispones de numerosas herramientas tecnológicas que te permiten hacerlo. ¡Tómate este confinamiento como un periodo de aprendizaje, como una oportunidad para descubrir nuevas formas de entrenamiento!
Fdo. Andrea García García | TW: Andrea_psico19