Encaramos el partido enfrentándonos a un rival al que le suelen meter pocos goles y ese fue un hecho decisivo en el encuentro.
El equipo rival comenzó cediendo completamente la posesión y la iniciativa a nuestros chicos, aunque, por otra parte, no dejó prácticamente ningún hueco atrás por lo que el dominio no daba su fruto al repetirse constantemente un juego muy horizontal. Nos faltaba verticalidad y profundidad, pero era muy difícil hacer daño al rival. Hacía falta una genialidad para desatascar el entuerto.
En la segunda mitad, el rival salió un poco de la cueva y Juan se sacó un gran gol de la chistera y nos adelantó en el marcador. Sin embargo, al desperezarse el rival, dos jugadores comenzaron a destacar por su velocidad, a crear problemas y los de Torrejón lograron empatarnos en el marcador. El asedio continuó y, tras una jugada por banda derecha, el balón le cayó a Cristian quién lo introdujo rápidamente en la portería. Seguidamente el rival volvió a empatar el encuentro y el resultado no se movería más.
“El rival nos sorprendió y la falta de rapidez en la circulación de balón y las ocasiones desperdiciadas nos condenaron”, comentó Enrique Bartolomé al finalizar el encuentro.