Derrota totalmente inmerecida de nuestro Juvenil frente al segundo clasificado del grupo, la Fundación del Rayo Vallecano "A". El gol de Jorge Parra dio alas a los nuestros pero, acto seguido, el Rayo marcaba gol tras un fuera de juego muy claro. Al final del encuentro, el colegiado reconoció su error.
Las bajas y ausencias volvieron a poner en un serio aprieto al cuerpo técnico del Juvenil, teniendo que alinear a jugadores lesionados para poder competir. Sin embargo, ello no fue impedimento para que los que compitieran se dejaran el alma. El planteamiento era claro, teniendo en cuenta la superioridad del equipo rival y la precaria situación en la que nos encontramos, esperar bien colocados y replegados en tres cuartos de campo y buscar contraataques. Dicho y hecho.
Salió todo a la perfección. El Rayo no sabía por donde atacar y se limitaba a llevar el balón de un lateral a otro sin ninguna profundidad. Y los acercamientos venían del lado ripense. Rubio y Diego fueron un auténtico incordio para los defensores vallecanos. Una buena jugada de este último tras un buen pase peinado de su compañero tras centro de Nacho casi acabó un gol previo derribo del defensa ante el que Diego no se dejó caer; hubiera sido un penalty claro. Sin embargo, el jugador reconoció que "a mí no sale dejarme caer, peleo hasta el final". Gesto noble pero que se saldó sin haber señalado la pena máxima. Al poco de esta jugada, saltaron todas las alarmas, el propio Diego no podía continuar por un tirón muscular y tuvo que ser sustituido en el minuto 40 por Araujo.
Pero, antes de finalizar la primera mitad, un error defensivo individual a la hora de despejar propició un contraataque rapidísimo del equipo visitante y el primer gol del encuentro para el Rayo en su primer acercamiento con verdadero peligro. Una pena. Lejos de rendirse, nuestros chicos salieron con la misma intensidad y las mismas ganas al campo en el segundo tiempo. De nuevo, las ocasiones claras fueron para los nuestros. Un tiro de Reina que se marchó por poco y una falta de Parra ante la que el portero se lució daban esperanzas. Y llegó. Saque de esquina de Araújo, voleón de Parra y golazo. El Rayo enmudeció. El equipo que más ocasiones había tenido había dado el golpe sobre la mesa. Y de qué manera.
Ginés estaba destrozado, Sergio, con sobrecarga, sustituyó a Marcos, lesionado, De la Torre dio lo que tenía pese a sus molestias y los sanos (Sánchez, Alcázar, Adrián, etc.) pelearon lo indecible. Pero, de nuevo, la injusticia nos abrazó. Un claro fuera de juego del delantero rival no fue señalado por el árbitro (al final del encuentro reconoció que probablemente se había equivocado) y dio la victoria al Rayo. Entonces fue cuando los nuestros tiraron de coraje y corazón para tratar de lograr la heroica encerrando al segundo clasificado en su área. La tuvo Reina de volea en el punto de penalty tras un gran pase aéreo de Rubio (su tiro se marchó alto) y la tuvo el propio Rubio tras cabecear en el primer palo un gran saque de esquina lanzado de nuevo por Araujo. Nadie la empujó en el segundo palo. Así se llegó al final. Nuestros juveniles murieron con las botas puestas. "Ojalá en otros encuentros hubiéramos luchado de la misma forma", se lamentaba Julián Merino al final del encuentro, mientras que Pablo González comentó que "quedan dos finales y estoy seguro de que las vamos a sacar adelante". Esperemos que lo consigan.